#acacíascentenaria// CIEN PERSONAJES EN LOS 100 AÑOS DE ACACÍAS/ LOCO REINA

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CLASIFICACIÓN PERSONAJES DE LA CALLE #93

LOCO REINA

Alfredo Reina Guayacán nació en Cáqueza, Cundinamarca, la tierra del amor cilla con ahuyama, el piquete y la mazamorra caqueceña; con la migración de muchas de sus familias hacia estos territorios atraídos por las oportunidades de comercio y agricultura, especialmente el cultivo del arroz, que para la época se hacía en secano, se cosechaba a mano y con una herramienta en forma de herradura llamada Oz, se secaba sobre tapas de costales que se fabricaban con fique, se extendían por las calles destapadas de Acacías y con un rastrillo hecho en madera se iba volteando hasta dar punto, formando un hermoso tapete de color amarillo oro la gran riqueza que ofrecía esta bendecida tierra.

Sus padres Diego Reina Rojas y Adelaida Guayacán, llegan hacia el año 1940 con su hijo Alfredo ya volantoncito de 4 años de edad y que posteriormente con el correr de los años sería conocido como el loco Reina. Se instalan al lado del molino Cóndor, donde funcionaba una cancha de fútbol que luego pasó a ser la casa paterna de él y sus once (11) hermanos, trabajó como obrero en la finca de propiedad del señor Anatolio Carrillo que posteriormente adquiere por compra y la dedica totalmente al cultivo del arroz.

Cuenta su hermano Héctor que Alfredo estudió hasta quinto de primaria en la Escuela de Varones Guillermo León Valencia siendo un muchacho normal, montaba en cicla, jugaba fútbol y frecuentaba mucho los pozos de los ríos Acacías, Acaciítas, y el Playón. Se destacaba por ser un buen nadador, le gustaba mucho chalanear, ayudar en los trabajos de ganadería, tractorista, hacendoso y acomedido, relata su hermano que recogía el maíz de los cultivos y lo traía a vender para conseguir plata para ir a vagabundear a los chongos, barrio zona de tolerancia, nombre recibidos por estos sitios de trago y mujeres que sería su perdición y consecuencias de su posterior enfermedad.

A la edad de 15 años comienza a manifestarse con comportamientos agresivos con sus compañeros y familia, especialmente en los juegos de guerra libertada y de conjunto como el fútbol, abandona sus estudios por el episodio de un azadón que se llevaba para las manualidades donde agrede a un compañero causándole varias lesiones, estuvo internado en Sibaté durante tres años donde regresa con conductas agresivas y hacer muchos estragos, su familia sostiene que su esquizofrenia fue producto de un bebedizo que le dio a tomar en una cerveza una mujer del barrio.

Estos son algunos de los hechos más relevantes que protagonizó el Loco Reina y que quedaron en la memoria de los acacireños de la época.

En la inauguración del Balneario La Chorrera, cogió el toyota del señor Braulio Zabala, farmaceuta muy reconocido y recordado, el cual fue alcanzado a continuación de bomberos, donde se baja y se aleja con una carcajada burlona.

Otra muy recordada fue con un bus de Flota La Macarena que venía de línea con pasajeros siendo agente de la empresa, el señor Ely Novoa, relatan que el conductor se baja a entregar la planilla y deja las llaves pegadas al suiche y el loco se sube, lo prende y arranca siendo alcanzado sobre el sector del río Acaciítas hoy llamado Malecón y como ya era su costumbre se bajaba con una carcajada burlona; no podía ver bicicletas estacionadas en la calle porque se las llevaba; recuerdan también que llegaba mucho a los billares de don Mauricio Ortiz a mirar jugar y en una oportunidad llegó un niño a vender empanadas y éste se las comía todas y cuando el niño le cobra éste se le ríe y el peladito desconsolado llora y los jugadores le pagan lo que el loco se había comido y es precisamente en estos billares donde nace una de sus expresiones mas conocidas “perdió la tasia” que se refiere a cuando un jugador taca y escacha.

Otro bien recordado era la que hacía en el Almacén Cacharro propiedad de don Pablo Rojas, que colgaba sus productos en la calle y éste se le llevaba ponchos, sombreros y hamacas que guardaba en su casa.

Su vida trascurrió en Acacías alojado en una pieza de la casa paterna que era pieza de loco, le pagaban la comida donde la señora Teresa Gutiérrez piqueteadero que quedaba a la salida de la vía al barranco tenía buen gusto por la carne y el piquete y era de muy buen comer y es aquí donde nace su otro dicho “deme de una ponisoda y un chicharrón buen cuetiado”

Muere en el año 1985 a la edad de 49 años en hechos trágicos que relata un testigo presencial, el loco llega como de costumbre esa noche pasada las 11 p.m. al sector de caldo parado específicamente a la caseta de los Fontecha. Ese día en concreto llegó bastante agresivo y le piden que se retire, pero este no accede, uno de los clientes saca un revólver para asustarlo, pero este se dispara por accidente causándole la muerte de forma instantánea son muchas las versiones y mitos tejidos y contadas sobre la muerte trágica del loco.

Quedaron sus historias, dichos y anécdotas que la calle guarda en el costumbrismo de su memoria y que son contadas en reuniones familiares y de tertulias como un recuerdo

“Se perdió la tasia”.

JORGE REY BAQUERO

Caricatura Maldonado