La última de los hermanos de mi padre Luis Octavio Castillo Acero. La había visitado hace unos tres o cuatro años en su casa en Venecia.
Tendré siempre el recuerdo de ella. Sabía que yo era el hijo preferido de su hermano Luis. Precisamente mi papá trajo a Acacías a Alvarito, el negrito, a vivir con nosotros, a Acacías, un buen tiempo, por allá en 1974- 78 tal vez.
Me contó, en la visita referida, de su estadía en Estados Unidos y de su presente en Bogotá. La recordaré siempre también por llevar el primer nombre de mi abuela que nunca olvidaré. Tenía yo tal vez 5 o 6 años y fuimos a Junín, Cundinamarca, a comer esas deliciosas arepas de maíz . Las volví a comer también en Bogotá cuando tenía 14 años y ella vivía en la casa de mi recordada tía Leonor. Me daba pescuezo relleno y esas arepas. La vida nunca olvida.
Voy camino a Bogotá a acompañar a sus hijos en el duelo y a reencontrarnos con familiares. La vida sigue, los herederos continuarán con el legado de los Castillo Acero. Buen viento en la eternidad querida tía Bernarda Nohemy Castillo Acero.