La vida es un soplo dice el adagio. Hace solo tres semanas me encontré con Raúl en la esquina del Rincón de los Viejitos, me invitó a tomarme un tinto, pero como iba a hacer otra diligencia le dije que en esos días lo iba a llamar porque teníamos que hablar de una crónica para el periódico Nuevo Milenio, a propósito del Centenario de Acacías. Alcanzamos a hablar un rato. Me contó de cómo alcanzaron a tirar desde una avioneta ejemplares del primer periódico de Acacías que circuló por unos meses, por allá en los años 80. También, que el primero que hizo pinitos de radio en Acacías fue Elías Ángel, locutor que después se fue a vivir a Villavicencio, pero que desde una droguería instaló unos cables sobre un palo y hacía programas con mensajes y música que se escuchaba en algunas cuadras del pueblo.
Hablamos de los cuidados del Covid y de cómo nos había cambiado la vida tanto que pensamos como podíamos contagiarnos sin darnos cuenta. El Covid ni siquiera está a la vuelta de la esquina, puede llegar en el momento menos esperado. Nos despedimos y quedamos de llamarnos para hacer la nota periodística. Días después vimos el mensaje donde su hermana Gladis informaba de su estado de salud. Allegados informaron que estaba hospitalizado por Covid-19 en Granada.
A las tres de la tarde del domingo 13 de septiembre dejó de existir Raúl, a los 67 años de edad. Hijo del patriarca Cándido de Jesús Baquero y de la distinguida dama Ana María Romero. Uno de los diez hermanos de esta familia Centenaria de Acacías. La compañera de Raúl es Rosalba Ramírez de cuya unión vive Raúl Andrés.
Raúl también deja dos hijas: Carolina y Gina, que es hija de Ana Lida Romero.
Paz en la tumba “Soldadito mentiroso” cómo cariñosamente lo llamaban sus amigos.