Miller Ortiz, vicepresidente del Comité de Arroceros de Villavicencio, detalló que las afectaciones del río Guayuriba, desde el momento que deja la vía Acacías, pasando por Barcelona, Bajo Pompeya, Pachaquiaro, hasta llegar a la Balsa y Puerto López, es de 15.000 hectáreas de arroz. El río Humea también ha afectado un sector de Talanqueras, donde se ha llevado cerca de 80 hectáreas de maíz y arroz. La mayor afectación se da en la vía hacia Casanare.
Wilson López Bogotá, director Departamental de la Unidad de Gestión del Riesgo, indicó que el río Guayuriba arrastra cerca de 160 millones de metros cúbicos al año, de los cuales solo se tienen concesionados cuatro millones.
“Para evitar el trasvase hacia el río Negrito se debe tener maquinaria constante. En los dos últimos aguaceros se borró el trabajo del año 2020, la Corporación Cormacarena autorizó la intervención para que el río se encauce hacia la derecha y el centro, mitigando la situación”, expresó el funcionario.
José Guillermo Lagos Arcila, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del Meta, agradeció al gremio la disposición al diálogo y construcción colectiva en medio de la situación que vive el país; reiteró el compromiso del Gobierno departamental para proteger de todo riesgo la producción arrocera y de cereales.
Tras la exposición de afectaciones al gremio arrocero por la ola invernal, en especial por el desbordamiento de los ríos Guayuriba y Negrito, este gremio conformó el Comité Veeduría Ciudadana, integrado por representantes de este sector con el acompañamiento de la gobernación del Meta, con el fin de hacer un frente común que permita controlar las inundaciones de los cultivos y, a su vez, trabajar en acciones a corto, mediano y largo plazo para dar solución definitiva a la problemáticas que por años, en época de invierno, sufren los productores.