Iluminado y alentado por 15 mil almas Llaneros sueña con la A

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Jersson González pone a soñar al Meta con el equipo de la media Colombia

Decidido e irrestricto apoyo de gobernador Juan Guillermo estimula la afición a respaldar el equipo blanco

El marco no podía arrojar sino el mejor retrato: la espectacular iluminación del remodelado escenario del Bello Horizonte ‘iluminó’ las ideas de juego que los jugadores como lanceros de la tierra desarrollaron desde las ocho de la noche cuando el árbitro dio el pitazo inicial para el juego donde se presentó el Barranquilla club, colero del grupo del torneo de ascenso BetPlay del fútbol colombiano. La llave perfecta la complementaron los aproximadamente 15 mil aficionados que compraron la boleta o adquirieron el bono para las finales o compraron la tarjeta de afiliado al club Llaneros.

El cuadro blanco quiso en los primeros 10 minutos tomar la pelota y hacer elaboración de juego vertical buscando sus dos hombres  atacantes para definir ante el arco defendido por  Acosta.   Sin embargo, después del minuto 20, el equipo dirigido por el experimentado técnico Arturo Reyes, quien ha dirigido selecciones Colombia, tomó las riendas del juego y con balones  en lanzamientos desde la zona defensiva  comenzó a crear zozobra en el arco custodiado por Kewin Armesto.  Las pocas opciones creadas en los arcos no se basaban en la elaboración de juego de los creadores de los equipos sino principalmente en el lanzamiento frontal desde las dos zonas defensivas de los equipos donde actuaban Cabezas en los blancos y Mena el el cuadro rojo de Barranquilla. La afición no sufría y decía: en el segundo  tiempo les metemos los goles, porque sí había una sensación premonitoria, en que Llaneros, en esta noche iluminada, le daría una alegría inmensa a su hinchada. Por eso, cayó como un baldado de agua, en medio de la humedad que se vivía en el estadio, que en una jugada aislada por el sector derecho, cuando estaba por concluir la primera parte del juego. Iba el minuto 44 y 10 segundos, despeje frontal de Vanegas, desde el área defensiva de Llaneros, el balón aéreo lo recepciona de cabeza el delantero Asprilla que lo deja servido a Neider Ospina que, con su pierna izquierda, envió un remate desde fuera del área que parecía de fácil control para el arquero Cristián Santander, pero vino lo que nadie imaginó: el balón se le escurrió entre el cuerpo del arquero -lanzado al paral derecho de su arco- y sus manos, despertando el grito de gooooolllll entre los aficionados que ya se alistaban para ir a las baterías de los baños o llamar al vendedor ambulante del estadio para tomar refresco y merienda al terminar el primer tiempo.  “Si se puede, si se puede…”, era el coro entonado mientras los jugadores y el cuerpo técnico celebraban.

Así terminó la primera parte de este cuarto partido de los equipos que buscan ser finalistas del grupo que enfrentará posiblemente al Atlético Huila o al Atlético Quindío por la final del segundo torneo del año, del torneo de la Dimayor y seguramente uno de los dos cupos de los equipos que el 2023 ascenderán al torneo de la A, del fútbol colombiano.

La tenencia del balón y dominio en el campo del cuadro rojo y blanco pudo entenderse desde,por supuesto, el manejo de sus dirigidos por Arturo Reyes, un hombre experimentado en la conducción de jugadores juveniles, en proceso de maduración y en el hecho de jugar sin presión por el resultado. El equipo demostró que juega bien pero no está ensamblado para afrontar las finales del torneo.

Se inició la segunda parte con la fe de los miles de aficionados que el equipo aseguraba el primer lugar del grupo y que la victoria sería de los blancos llaneros.

El equipo ajustó sus dos líneas defensivas para impedir que los rojos barranquilleros crearán peligro en el arco del arquero Armesto que se consolidó en el arco llanero dándole suficiente confianza a sus compañeros, al técnico y a la afición: arquero es lo que si tenemos.

Promediando los 60 y 70 minutos los técnicos movieron sus fichas: Reyes hizo cinco cambios buscando oxigenar su cuadro para intentar vulnerar el arco llanero. El técnico Jersson González, que jugó con Centauros cuando el equipo llanero tuvo su paso efímero por la A, también movió sus fichas: uno de esos cambios fue el ingreso de Darío Rodríguez, quien tuvo dos opciones mal definidas y que pusieron a hablar a los hinchas de que el cambio no había servido. Pero al que le van a dar le guardan y a Rodríguez le tenían guardada la jugada donde si definió con certeza: minuto 90 y 40 segundos, recibió habilitación que rompió las líneas defensivas de los rojos, remate cruzado con pierna derecha y puso nuevamente a los aficionados a celebrar, reír y llorar, menos a los que creían que el partido terminaría con el 1X0 y que habían decidido abandonar el Bello Horizonte buscando un rápido servicio de taxi, o tomar su carro particular,o moto, pensando en llegar más temprano a la casa para madrugar y no llegar tarde a la jornada de trabajo del viernes 29 de octubre.

Sin duda alguna la mejor celebración fue la del técnico llanero: reflejó en 2 minutos toda la carga sobre sus hombros por la planificación del partido que lo consolida como líder del grupo y más cerca del objetivo inicial diseñado desde cuando asumió el timón del barco al promediar el primer semestre: llegar al grupo de los ocho en noviembre y buscar con sus lanceros Llaneros el anhelo de la afición de la media Colombia: tener un equipo en la máxima categoría del fútbol colombiano: el remodelado estadio Bello Horizonte lo tiene más que que merecido.

‘Si se pudo, si se pudo’, fue el coro de los entusiastas aficionados encabezados por el más fiel de todos: ‘JuanchoPolo’ quién con orgullo vestía su traje y ondeaba la bandera de Llaneros.

Por supuesto que el otro bien lleno de alegría y felicidad por lo que está haciendo el cuadro de la media Colombia es el gobernador Juan Sin Miedo que desde el inicio de su gestión, hace ya casi tres años, decidió jugársela y respaldar a ‘su equipo, mi equipo, nuestro equipo’. Seguiremos soñando despiertos.